Remedios Caseros ¿Mitos o Realidad?

Un remedio casero, se puede definir como la práctica de la curación tradicional que utiliza plantas generalmente con propiedades curativas, rezos y está basada en la creencia, así como en el empirismo, es decir, en las experiencias propias y/o heredadas por generaciones.

Este tipo de prácticas si bien no conllevan una preparación profesional, requieren también conocimientos heredados de generación a generación, y así hasta nuestros antepasados que practicaban la medicina herbolaria o tradicional. Por la misma herencia cultural, todos los mexicanos en algún punto hemos practicado consciente e inconscientemente algún tipo de remedio casero. Desde el uso de la miel para calmar la tos, el uso de compresas frías para disminuir la fiebre, el uso de diferentes tés para aliviar algún tipo de problema, desde las náuseas, dolor abdominal.

¿Quizá en este punto podrás pensar, ¿Qué tiene de malo si al final funcionan? Bueno, existen cierta base científica que respalda, hasta cierto punto, los remedios caseros. Es cierto que algunos ingredientes naturales tienen propiedades medicinales conocidas, pero la forma en que se usan en los remedios caseros puede no ser siempre la más efectiva o segura, esto se debe a que muchos de los fármacos provienen de estos productos con la diferencia de haber sufrido un proceso de purificación para obtener los principios curativos que se necesitas adecuando un gramaje controlado.

En algunos casos, estudios científicos han demostrado que ciertos remedios caseros pueden tener beneficios para la salud. Por ejemplo, el té de manzanilla se ha asociado con propiedades antiinflamatorias y relajantes, mientras que el ajo se ha estudiado por sus posibles efectos antibacterianos. Sin embargo, la mayoría de los remedios caseros carecen de estudios clínicos rigurosos que demuestren su eficacia y seguridad. Además, es importante recordar que cada persona es única, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra.

Aunque muchos remedios caseros son seguros y no presentan riesgos significativos, algunos pueden tener efectos secundarios no deseados o interactuar con medicamentos recetados. Por eso es importante, antes de consumir algún tipo de remedio casero, es fundamental consultar con un profesional de la salud sobre este y si no interfiere con el tratamiento médico indicado. Por otro lado, siempre será crucial evitar la automedicación y no reemplazar tratamientos médicos establecidos por remedios caseros sin la supervisión adecuada de un profesional de la salud.